Thursday, February 08, 2018

Exposición “Hierática” de Radharani Torres / Autor Judith Pedroza





Exposición “Hierática” de Radharani Torres

Texto Judith Pedroza

 Cuando era niña yo creía que tenía una conexión con las moscas dice Radharani Torres, la mosca era una especie de alter ego que se conectaba con el mundo del inconsciente, la imagen de que una mosca que acompaña como aliada pero también como un súbdito en un reino de imaginación. Una mosca que dirige, apoya,  y sirve.

 Radharani Torres se coloca como objeto en el centro de su pintura, familiares y gatos la acompañan, presencias femeninas que en su contexto. En la historia de la pintura occidental la mujer en una posición de privilegio se articula como un objeto a admirar, tomemos en cuenta que esta mujer de privilegio no se pintó a sí misma, ella no es un suceso de su subconsciente, es el resultado de la mirada del hombre pintor. La mujer artista latinoamericana muy lejana al privilegio occidental, se pinta así misma con una premisa distinta –articular un nuevo poder, una nueva posición en lo que occidente afirmaría como inadecuado. La historia de la mujer en las sociedades occidentales, es un objeto de apoyo, consuelo y cuidado. La belleza o la narrativa de el sacrificio la llevaría a ser el centro en una pintura. Cuántas narrativas invisibilizadas de sacrificio lejos de ser un privilegio no han sido contadas en pinturas o imágenes en LatinoaméricaPero la artista fuera del privilegio esta contando una narrativa de dignificación nueva en compañía, de otras mujeres, tótems y deidades que empoderan y sirven de soporte del consciente-inconsciente. La mujer latinoamericana se representa a sí misma dignificada, llena de magia y presente para contar. Le ha quitado el poder a la historia de la pintura.

“Aquí hay más de cien canciones y cien consultas de psicoanálisis
esperando a suceder. Estampitas sacras para todo tipo de monstruo
mental que se quiera aparecer. Remedios para desamores y
pociones para amarrarse los huevos y salir a la calle a
pelear. Homenajes a los caídos y monumentos a los que siguen en
pie. Nuevas formas de querer y cabida al odio absoluto. Deidades
autoritarias que no temen castigar mientras escupen bolas de
pelo. Crossovers con tiempos que definitivamente no fueron
mejores, pero tenían los vestidos más “cool-ever.” Ven vamos a
vengarnos de quienes nos hicieron daño y luego a abrazarnos
hasta que amanezca.”
Radharani Torres

  Beatas sin rostro, la coronación de un gato, la veneración de la muerte de una mosca, el círculo espiritista, el tercer ojo de tu ojo ó de tu gato. Son las tantas direcciones en la pintura de Radharani Torres que más que generar una iconografía, esta leyendo una interioridad de la cual fortalecer una reflexión interna. La magia es la que empuja a crear. La magia también parte de nuestros sitios, de los significados que damos a nuestros espacios y a quiénes nos acompañan. En la ansiedad y en la idea de la búsqueda interior se crean círculos de protección, círculos de imaginación, donde un estudio puede convertirse en la mesa redonda del inconsciente, ¿A quién vamos a  invocar ahora?. “I thought I heard you cry” es la vista de una antigua iglesia en la Ciudad México, cargada de significados, en un espacio que ha sido construido para la contemplación, se comunica con un interior histórico, las mujeres en la historia de nuestra colonización, encontraban calma y consuelo en estos espacios. –“Pensé que te escuche llorar” ahí en el centro donde yo puedo leer ese enunciado que se comunica conmigo, un momento para hablarlo conmigo, hablarlo en una pintura, encontrar un sitio visual donde preguntarnos las respuestas que necesitamos. “Queen Bitch”– la coronación de la “Bicha” la compañera de pintura de Radharani Torres, porque en los procesos de la pintura de Torres no son solitarios, están dibujados de micro-compañías femeninas, de observadoras soñadoras y juguetonas, de respuestas incompresibles pero llenas de poder. Si hay que coronar, se corona quién merece convertirse en deidad, a quién emite sonidos de resguardo, alteridad, vocales de fidelidad y alegría. Se aman más las compañías que a los amantes, se aman más los lazos de comprensión entre iguales que entre las atracciones entre contrarios– “I wish that we were magic so we couldn´t be so young and tragic” –las hermanas Indriani y Radharani aparecen ahí, vestidas en bordados a modo de pintura del siglo XVI,  de cuando se necesita el crear  una alegoría personal de cuidado y solidaridad. La imagen eleva a estas dos mujeres jóvenes, a un nivel de dignificación hacia todo lo posible en su tiempo.

 Una vez Radharani Torres y su interlocutora en este texto, nos hacíamos una apuesta, –¡Midámonos la dignidad a ver quién la tiene más grande – Sí… a ver quién la tiene más grande!– La artista se pone en el centro, sin ninguna mirada masculina al lado, “Please let me be your third eye” nos invita al diálogo con los iguales, –déjame abrir esa otra puerta imaginativa de transformación hacia la toma de un poder propio, el velo del fantasma, la identidad que se oculta de bajo, el gesto de dar la espalda, e impedir el paso a acercarse, encontrar resguardo de mitificar la intimidad. La pintura es la búsqueda de apoderarse de un mundo posible femenino, dignificado y consciente. “They told us: Our gods would be outlive us. But they lie”–Nos contaron que nuestros dioses nos sobrevivirían, pero nos mintieron– Hora de enterrar a los dioses como a los gusanos de las deidades en desuso, tiempo de mitificar nuevos modelos de deseos, de imaginaciones, conquistar las otras imaginaciones para contemplarnos por primera vez y desde ahora a nosotros.


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