Una vez al mes me da el llamado ataque "Quiero regresar a México", a veces hay llanto, a veces hago llamadas, le recrimino a mi JP que por su culpa estoy aquí lejos de lo "mío", a veces del arte en fin, veo como si el mundo se hubiera acabado.
También una vez al mes mas o menos, leo que hace la gente por allá, que piensa y de que habla, que básicamente es del concierto en puerta de algun grupo extranjero, un chiste del país vecino, alguna película por su puesto de por acá, algun otro ve mas amplio, miles y miles de nombres "anglos", todo muy "snobiado", muchos comentarios, criticas, desconexiones, clase, en fin termina mi ronda y la ansiedad de regresar desaparece. Los golpes estan duros aquí pero los fueron más allá, las palabras y los actos suelen lastimar tanto que no te dan ganas de conocer más, y a pesar que extraño tanto mi ciudad, ahí algo se rompió, hubo mucha decepción. Sé que estas palabras son un poco fuertes, pero con honestidad son reales, me ha costado algunos meses desharcerme del "atrás".
Con valor soporto a mis dos corazones de allá, y ellos me hacen volver, sigo en un nomadismo eterno, menos dulce cada vez, estabilidad-inestable, supongo que mi vida es una montaña de carbón con una casa de papel suspenida con unos globos blancos y alguién me deja poner esa montaña en su propia casa construída con palabras de arte. Aquí es cuando me quedo y contemplo.